ADIDAS ULTRABOOST LIGHT: PESO LIGERO

El buque insignia de la línea running de Adidas adelgazó un poco para la fiesta. Sigue siendo una Ultraboost, al menos de look, pero la apariencia no muestra realmente el cambio que hay ahí. Veamos de qué se trata.

 

 

LO ESENCIAL

 

·       Peso: 292 gramos (talla 10US)

·       Tecnología: nuevo y mejorado Boost 30 % más ligero

·       Precio: $189.990

 

·     Disponible en www.adidas.cl

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Estamos llegando al décimo aniversario de la tecnología Boost, algo que me da cierta nostalgia pues me recuerda mis comienzos como corredor. En su momento, bajé las tres horas en unas Energy Boost, que para los desmemoriados, eran la vanguardia misma en la industria de las zapatillas para correr. Pero mucha agua ha pasado desde ese momento, pese a lo cual Adidas ha mantenido viva su franquicia vinculada a la espuma Boost. Técnicamente, la Ultraboost Light es la Ultraboost 23, pero esto no quiere decir que antes de este lanzamiento existiesen 22 Ultraboost previas. Hay ahí una inconsistencia en la marca que no he logrado descifrar, pero no importa mucho la verdad. Vamos a lo que verdaderamente importa.

LO BUENO

Pese a que a simple vista la zapatilla se ve bastante parecida -por no decir igual- a la versión anterior, esto no es lo mismo. De partida, es bastante más liviana, 40 gramos menos aproximadamente dependiendo de la talla (según la marca es un 30% más liviana que los modelos anteriores). Punto a favor aquí. Lo segundo es que me parece que esta zapatilla es algo más equilibrada y no tan pesado en la parte inferior como las Utraboost previas, gracias a su entresuela más ligera. Eso sí, el tacto es algo (bastante) más firme. Ya iré ahí. 

Aunque quizás lo mejor de la Ultraboost Light es su parte superior, más flexible y ligera, y con un ajuste más suave que la versión anterior, lo que demuestra el carácter de la zapatilla y que está muy orientado al confort más que al rendimiento o performance. Adicionalmente, como la Ultraboost siempre ha sido un modelo democrático en su uso, esta versión no es la excepción e incorpora mucha protección en la zona del talón, para evitar cualquier riesgo de tobillos voladores. Ya sabemos lo que puede llegar a pasar ahí. Aquí el pie queda bien bloqueado, se siente muy seguro. De esta forma, y sumado a lo anterior, creo que la Ultraboost Light está arriba en el podio cuando se trata de estabilidad y durabilidad. Este tanque se siente realmente como un tanque: está hecho para cuidarte y pelear por ti. 

LO NO TAN BUENO 

Pese a los esfuerzos, esto sigue siendo una zapatilla pesada. Siempre lo ha sido, por lo que esperar algo muy distinto a aquello no aplica. Pero en esta versión me quedé con la sensación de que es un poco más firme de lo que me hubiese gustado, porque cuando busco una zapatilla para correr lento, quiero que sea blanda, muy blanda. Mientras más blanda, mejor. Y el otro punto es algo que es un clásico a estas alturas en las cosas que no nos gustan tanto: el precio. Pagar casi 200 mil durillos por una zapatilla de entrenamiento puede sonar un poco agresivo, pero aquí no nos metemos porque el mercado tiene sus reglas, formas y ritmos, y los corredores-consumidores también. Sin juzgar, sin llorar. 

CON QUÉ NOS QUEDAMOS 

A lo largo de mis diez años como corredor esforzado he usado varios pares de Ultraboost porque básicamente no corro ningún riesgo al hacerlo. Sé lo que va a entregar, las expectativas están aterrizadas, el producto aguanta y aguanta, y fundamentalmente lo dejo de lado cuando me aburrí de usarlo y siento que cada peso gastado fue amortizado. Y eso se mantiene intacto. La Ultraboost Light sigue fiel a su esencia, su naturaleza de zapatilla de entrenamiento capaz de sobrevivir a varios cientos de kilómetros (miles también) no ha cambiado, pese a las mejoras tanto de tecnologías aplicadas en su confección, como la estructura de su geometría. 

Pero un aspecto que creo es bueno poner en la mesa, es que pese a su gran cantidad de Boost, esta versión la sentí firme, quizás más firme de lo que hubiese esperado para algo de este tipo. Esta opinión sin duda está muy contaminada por la cantidad de zapatillas que he tenido la suerte de probar y en las que he visto -y utilizado- los esfuerzos de la industria por desarrollar nuevas espumas, más livianas y reactivas, y con esto no me refiero solo a las “super zapatillas” que usamos para el día de la carrera, sino que también a modelos creados para los entrenamientos diarios. En este sentido, prefiero otros tactos como por ejemplo lo que he encontrado en la Superblast de ASICS e incluso en la Adizero prime X de Adidas, modelo que me encanta y que no sé muy bien por qué la marca no lo difunde más. 

No sé si esta será una de las últimas versiones de Ultraboost, pero tiendo a pensar que Adidas va a desarrollar con más profundidad aún su abanico de zapatillas para corredores abnegados bajo el paraguas de la marca Adizero, incluyendo ahí una o más alternativas para el daily training que se sentirán mejor que la Ultraboost. Es solo una impresión que tengo, pero que me hace sentido sobre todo cuando miro y miro esta zapatilla y la impresionante cantidad de espuma que tienen en la parte del talón, lo que automáticamente me recuerda que esto no está pensado para corredores algo más experimentados, por decirlo de una forma elegante. Y bueno, si estoy muy perdido, espero que en la próxima actualización agreguen, aunque sea solo un poco, de Lightstrike Pro. Sería un hit y una verdadera vuelta de tuerca a este clásico. 

Pero más allá de lo anterior, los fanáticos de la familia Ultraboost tienen aquí una actualización razonable que los mantendrá fieles al formato y que probablemente, al igual que con las versiones previas, cuando te aburras y decidas darlas de baja, se transformarán en una gran opción para usar con ropa casual en esos viajes en los que lo único que haces es caminar y caminar. La Ultraboost siempre ha sido insuperable en esto también. 

 

Felipe De Larraechea

  @fdelarraechea
Corredor esforzado, fundador y editor principal en THE LAST LAP. Un geek del maratón y las carreras de fondo, la industria y la cultura del running. Mañanero por excelencia.