Hoy domingo concluyó el 20° Campeonato Mundial de Atletismo en Tokio, en una jornada marcada por la lluvia que acompañó el cierre en el Estadio Olímpico de la capital japonesa. Por primera vez, el recinto pudo lucirse con sus tribunas repletas de fanáticos disfrutando de lo mejor del atletismo mundial. Cabe recordar que este estadio fue construido para los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, los cuales, debido a la pandemia, se disputaron prácticamente sin público. En contraste, durante esta semana el evento congregó a un total de 619.288 espectadores en sus gradas.
Estados Unidos arrasó en el medallero gracias a sus 26 medallas distribuidas en 16 oros, 5 platas y 5 bronces. Lo siguió Kenia con 11 totales (7 oros, 2 platas y 2 bronces), siendo Canadá los terceros en el ranking con 5 preseas repartidas en 3 oros, 1 plata y 1 bronce.
En el boletín de la semana pasada les contamos lo más destacado hasta el jueves 18 de septiembre. Ahora es turno de repasar las actuaciones sobresalientes de los días finales. Eso sí, no están presentadas en orden cronológico.
Melissa Jefferson-Wooden de los Estados Unidos puede devolverse a su país como la reina indiscutida de la velocidad. La norteamericana fue la más rápida, con mucha ventaja, en los 100 metros planos a comienzos del mundial y ahora hizo de lo suyo en el doble hectómetro. “Aprovechando” las ausencias de Gabby Thomas, y de Julien Alfred, Melissa ganó también en los 200 metros y nuevamente con bastante holgura. Necesitó 21:68 para llevarse la medalla de oro por delante de la británica Amy Hunt (22:14) y la jamaicana Shericka Jackson (22:18). La estadounidense Brittany Brown, quien fue bronce en París el año pasado, llegó 6° con 22:54.
En hombres Noah Lyles tuvo que trabajar harto en la recta final para remontar posiciones luego de una muy mala partida y quedarse con la medalla de oro en los 200 metros, consiguiéndolo por cuarto mundial consecutivo, algo que sólo lo había logrado Usain Bolt entre Berlín 2009 y Beejing 2015. Lyles cronometró 19:52 para dejar segundo a su “compañero” Kenneth Bednarek con 19:58. El jamaicano Bryan Levell cerró el pódium con 19:64, siendo su mejor marca. El campeón olímpico, el botsuano Letsile Tebogo, se quedó con la medalla de chocolate siendo 4° con 19:65.
Las keniatas Beatrice Chebet y Faith Kipyegon demostraron que son las mejores fondistas de la historia y todavía tienen cuerda para seguir agigantando su historia. La primera recién tiene 25 años y Kipyegon va en los 31. Ambas se devolverán a África con dos medallas colgadas en el cuello porque además de los 10000 de Chebet y los 1500 de Kipyegon, se suman la de los 5000 metros. El dúo keniata logró el oro y la plata, repitiendo lo hecho el año pasado en los Juegos Olímpicos de París. Chebet, que de paso es la actual récordwoman en la prueba, necesitó 14:54´36 para llevarse el primer lugar siendo seguida de Faith con 14:55´07. El bronce fue para la italiana Nadia Battocletti con 14:55´42 (que de paso fue plata en los 10000 mts).
Los 800 metros masculinos llevan años intentando mejorar el récord del mundo hecho por el keniata David Rudisha en los Juegos Olímpicos del 2012 cuando detuvo los cronos en 1:40´91. En el Mundial de Tokio no fue la excepción, porque en la final el también keniata Emmanuel Wanyonyi llevó al grupo a terminar la primera vuelta en 49:26, lo que, si mantenían el ritmo, iban a terminar en 1:38´52. Pero la fatiga propia de una vuelta a ritmo de récord planetario hizo lo suyo y los 52 segundos del segundo giro esfumó las posibilidades. De todas maneras, Wanyonyi se quedó con el oro con 1:41´86 compartiendo el pódium con los mismo atletas que se subieron a lo más alto el año pasado en París, claro que en diferentes posiciones. Djamel Sedjati de Algeria, bronce el 2024, fue segundo en Japón con 1:41´90, mientras que Marco Arop de Canadá, segundo el año pasado y campeón mundial el 2023, fue bronce con 1:41´95.
Entre los 16 oros conseguidos por Estados Unidos uno que cobró bastante valor es el del heptatlón pues, desde el mundial de Stuttgart 1993 con Jackie Joyner-Kersee que el país norteamericano no se quedaba con el primer lugar en las siete pruebas de campo. La encargada de romper esta sequía fue Anna Hall (bronce en Eugene 2022, plata en Budapest 2023 y quinta en los olímpicos de París). Hall, quien “aprovechó” el abandono de la campeona olímpica Nafi Thiam de Bélgica, ganó en el lanzamiento de la bala y en los 800 metros, dos pruebas bastante distintas, terminando entre las cuatro primeras en las cinco otras pruebas.
Siempre se ha dicho que el atletismo, o mejor dicho el deporte, es de revanchas y bien lo puede decir el estadounidense Cole Hocker quien llegaba como el flamante campeón olímpico, con récord incluido, en los 1500 metros pero que fue descalificado en las semifinales por obstruir el paso a sus rivales con su mano. Pero tenía una opción, los 5000 metros. En las semifinales pasó como el tercero más rápido de su serie, y de la general, en una prueba que no es su especialidad, pero igual compite y da la pelea. En la final, y con 12:58´30, logró ser el más rápido dejando segundo a Isaac Kimeli de Bélgica con 12:58´78 y tercero al francés Jimmy Gressier, oro en los 10000 metros, con 12:59´33. Esto nos recuerda lo que le pasó a Jacob Ingebrigsten el año pasado en París donde en los 1500 metros se fue sin pan ni pedazo, siendo el claro favorito, pero en los 5000 se colgó el oro.
El último día de competencias, y como también sucede en los Juegos Olímpicos, fue el turno de las finales de las postas 4×100 y 4×400. En la primera, Estados Unidos logró el primer lugar tanto en hombres como en mujeres. En hombres cobraron revancha luego de la paupérrima presentación el año pasado en París. Con 37:29 fueron los más rápidos con un remate de Noah Lyles, quien con esto se llevó tres medallas (dos oros y un bronce). Segundos fueron Canadá con 37:55 y terceros los Países Bajos con 37:81, siendo el récord nacional. En mujeres Estados Unidos, con Melissa Jefferson-Wooden en escena para lograr su tercer oro mundial, necesitaron 41:75 para superar a Jamaica (41:79), que tuvo a Shelly-Ann FRASER-PRYCE en escena, siendo Alemania bronce con 41:87.
Sydney McLaughlin-Levrone cerró su participación en el mundial con dos oros. Al de los 400 metros planos, donde obtuvo la segunda mejor marca histórica, se le sumó el de la posta 4×400 donde con 3:16´61 le dio el primer lugar a Estados Unidos, dejando a Jamaica segunda con 3:19´25 y a los Países Bajos terceros con 3:20´18 (Femke Bol no pudo replicar el remate que hizo el año pasado en París donde partió cuarta y llegó primera).
En hombres, Busang Collen hizo un remate de película para darle a Botswana la medalla de oro en una apretadísima llegada. Con 2:57´76 el país africano fue el más rápido siendo Estados Unidos segundo con 2:57´83. Sudáfrica cerró el pódium con 2:57´83.