El año pasado, la keniana Ruth Chepngetich rompió todos los límites del maratón al pulverizar el récord mundial de 2h11:53 establecido por la etíope Tigst Assefa en Berlín 2023, al completar los 42K de Chicago en 2h09:56. Cuando aún parecía una utopía pensar que una mujer pudiera correr el maratón por debajo de las dos horas y diez minutos, la africana demostró que nada es imposible.
Pero poco duró el fervor, las portadas y la fama porque en marzo de este año se confirmó que la keniata estaba suspendida provisionalmente al dar positivo por hidroclorotiazida (HCTZ). Ayer, y a seis meses, la Unidad de Integridad del Atletismo dictó sentencia y Chepngetich deberá pagar un castigo de tres años. Eso sí, se mantiene vigente su marca planetaria.