¿Te imaginas hacer tus trotes largos de fin de semana en un ex aeropuerto, usando las mismas pistas donde alguna vez aterrizaron aviones, sin semáforos ni interrupciones y compartiendo el espacio con miles de deportistas? Eso es exactamente lo que ocurre en el antiguo aeropuerto Tempelhof de Berlín, que dejó de operar en 2008 y desde entonces se ha convertido en un enorme parque abierto a la comunidad, donde corredores, ciclistas y patinadores entrenan libremente.
Ubicado al sur de la capital alemana, Tempelhof bajó sus cortinas hace más de una década y fue rápidamente “ocupado” por la comunidad deportiva, que encontró en sus pistas un espacio amplio, plano y perfecto para entrenamientos continuos. En 2014, ante planes del gobierno para urbanizar el terreno, se realizó un referéndum en el que el 68% de los votantes decidió conservar el sitio como un parque.
Hoy, más de 200 mil personas lo visitan cada semana. Los runners ya tienen su circuito favorito: un loop pavimentado de 6 kilómetros completamente plano, ideal para rodajes largos y sin interrupciones.
Si alguna vez has corrido el Maratón de Berlín, probablemente el lugar te resulte familiar: los hangares del ex aeropuerto albergan la expo previa a la carrera, un hito que año a año reúne a miles de corredores de todo el mundo.
Y aunque correr en aeropuertos suene poco común, no es una idea nueva. En 2021, cuando la pandemia del Covid-19 obligó a cancelar muchas carreras, el NN Running Team —el equipo de Eliud Kipchoge— organizó una maratón en el aeropuerto de Twente, en Enschede (Países Bajos), para que los atletas buscaran la marca mínima para los Juegos Olímpicos de Tokio. Con 49 corredores en la largada y un circuito de varios giros sobre la pista, Kipchoge se impuso con 2h04:30.