ELIOT RUNNER: Moderno y antiguo, todo en uno
Si hay una marca en el universo runner que sabe abordar la importancia de los detalles, esa es Tracksmith. Nadie trabaja los detalles como ellos. ¿Por qué digo esto? Porque la primera zapatilla de una marca que, hasta ahora, vendía ropa para correr – y algo más -, es toda una experiencia que va mucho más allá de nuestros entrenamientos diarios. Veamos de qué se trata.
LO ESENCIAL
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Peso:
268 gramos (talla 9.5US de hombre)
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Incluye
una plantilla Pebax de 10 mm
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Es la
primera zapatilla de la marca nacida en Boston
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Precio:
198 USD
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Disponible
en www.tracksmith.com
Siempre me he imaginado corriendo por algún bosque del sur de Chile durante
un día gris, o al alba, serpenteando por caminos de tierra húmeda hasta llegar
a una cabaña solitaria sin mucha conexión más que la necesaria para pasarlo
bien conmigo mismo; Entrar, cambiarme la ropa y zapatillas mojadas por el
sudor, prender la chimenea y luego la tetera antigua, esperar que hierba el
agua, servir el café en esas tazas de cerámica antiguas y sacar mi block de
notas para apuntar el detalle de mi entrenamiento diario. Esto suena muy
clásico, muy old school, esto suena muy Tracksmith.
LO BUENO
Ellos fabrican cosas buenas, muy buenas. Eso es lo primera que hay que dejar bien claro. Hacen cosas para correr de alto nivel. Pero no solo para correr, porque incluso la caja en la que vienen empacadas estas zapatillas es un lujo lleno de detalles que hacen que abrir el paquete se, bueno, una experiencia (esta palabra probablemente la voy a usar más de diez veces acá). Luego de este hermoso transe, la zapatilla. Es como un Volvo, look tranquilo, elegante y conservador, pero con un motor año 2023. La zapatilla incluye gamuza, por si necesitáramos confirmar esto. Gamuza en una zapatilla para correr. Único e irrepetible. La parte de adelante es como la de una Adidas Samba. Esos son los detalles que maneja la marca y que la hacen distinta a todo, pero quedarnos solo en eso es un poco injusto porque es una zapatilla liviana y comoda para correr. No es solo un objeto de moda de lujo.
Hablar de entresuela, upper, caída, y todas esas cosas no me gusta porque siento que es irrelevante si no lo usas y descubres por ti mismo (cada corredor es un mundo, ¿recuerdan?). Lo encuentro snob y muy sacado de ficha técnica o manual de marca. Esto es algo que mantengo y casi nunca menciono en las revisiones que hago, a menos que sea algo bastante singular (Mizuno Wave Rebellion Pro, te estamos esperando). En el caso de Eliot, la magia ocurre en la plantilla Pebax de 10 mm. Ahí está su corazón. Ahí radica su capacidad para acompañarte en tus entrenamientos, un pelo más rápido, un pelo más lento, porque esto no es ni muy enérgico, ni muy pausado. Es una zapatilla simple que funciona, pero no es emocionante ni vanguardista. Si buscas eso, mejor mirar otra cosa.
LO NO TAN BUENO
El tamaño. El Eliot me quedó grande (largo). Hasta mi mujer lo notó un día cuando caminábamos hacia no sé dónde. Miré mucho en foros americanos y esto fue un asunto recurrente. Pero no estoy seguro que media talla menos hubiese sido la solución, porque el ajuste en los costados del pie fue perfecto. Quizás un elemento que puede entrar en esta parte de la revisión es que la marca sigue siendo lejana para la gran masa de corredores de la región. Es un poco extraño cruzarse con corredores por la calle con ropa de Tracksmith, pese a que de cero hace un año, cada fin de semana vea a uno o dos (algo es algo). Por lo tanto, es complejo para la mayoría otorgarle valor y mérito a esto, una zapatilla que muy probablemente nunca llegarán a probarse porque además de la lejanía de su tienda en Boston o los dólares que hay que encajar en la tienda online, el stock es reducido y Latinoamérica no asoma como un mercado en el que la marca pretenda indagar un poco (a diferencia del europeo, por ejemplo).
CON QUÉ NOS QUEDAMOS
Comparar modelos solo por su precio a veces es injusto. Como en el caso de Eliot porque los casi 200 dólares que cuesta incluyen algo más que solo un compañero para entrenar. Se trata de una experiencia, la que seguramente los clientes frecuentes de Tracksmith están disponibles para vivir (me incluyo). Si te compras el Eliot, es porque amas la marca, y te da lo mismo el precio. Adicionalmente, esta es por lejos la zapatilla para correr más elegante que he visto y la que, al mismo tiempo, mejor queda con ropa casual, lo que no es sencillo de lograr. Creo que he usado más la zapatilla para andar por ahí que para correr, lo acepto.
Pero siendo puristas, efectivamente hay muchas alternativas bastante más baratas que entregarán el mismo rendimiento mientras corremos. Porque cuando estamos en la barrera sicológica de los 200 dólares, como consumidores es normal que esperemos algo más rupturista o innovador desde el punto de vista de los avances que año a año vemos en la industria. Pero Eliot va un poco a contracorriente de esto, lo que es bueno y no tanto a la vez. Si tuviera que ser más explícito y compararlo con algún otro modelo, creo que se parece bastante al Pegasus de Nike, es decir, una zapatilla fiel, confiable y segura para el entrenamiento diario. No se me ocurre otra similar en este momento.
Para cerrar, volvemos a la experiencia. Quién haya comprado alguna vez un producto de la marca me va a entender. Atención a los detalles, calidad en los materiales, calidad del producto. La ropa de la marca es así y este debut en el área del calzado también lo es. Es una zapatilla impecable que es toda una experiencia tener. Y sabemos muy bien que las experiencias valen su precio, el que sea que estés dispuesto a pagar.
Felipe De Larraechea
@fdelarraechea
Corredor esforzado, fundador y editor principal en THE LAST LAP. Un geek del maratón y las carreras de fondo, la industria y la cultura del running. Mañanero por excelencia.