El pasado fin de semana Kingston, la capital de Jamaica, fue testigo del arranque de un nuevo capítulo para el atletismo mundial. Con menos público del esperado, pero con actuaciones brillantes, debutó el Grand Slam Track, la apuesta del legendario Michael Johnson para renovar el espectáculo de las pistas.
La estrella absoluta fue Sydney McLaughlin-Levrone, quien volvió a su prueba fetiche —los 400 metros con vallas— con una marca de 52.76 segundos, la mejor del año. Ganó también los 400 planos, mostrando que su talento sigue intacto. El brasileño Alison dos Santos no se quedó atrás: venció tanto en los 400 vallas como en los planos, sellando un regreso potente y dejando claro que va por todo en 2025.
En velocidad pura, el estadounidense Kenny Bednarek brilló en los 100 y 200 metros masculinos, mientras que Melissa Jefferson-Wooden hizo lo propio entre las damas. Y en los “long sprints”, Gabby Thomas ganó los 200 y fue segunda en los 400, confirmando que está lista para otro verano olímpico.
El formato es ambicioso: los atletas compiten en dos distancias combinadas y suman puntos por posición. Además, el incentivo es claro: 100 mil dólares por ganar cada prueba y la posibilidad de embolsarse 400 mil si dominan las cuatro fechas del circuito. Nada mal para un deporte que suele tener menos foco mediático.
El programa de 2025 incluye también paradas en Miami (2 al 4 de mayo), Filadelfia (30 de mayo al 1 de junio) y Los Ángeles (27 al 29 de junio).