A los 36 años, Evan Jager decidió que era momento de cruzar su última meta. El histórico estadounidense de los 3.000 m obstáculos anunció su retiro con la serenidad de quien lo dio todo y ya no necesita demostrar nada. Mudarse a Suecia, los cambios personales y la sensación, inevitable, de que su carrera ya no era la misma lo llevaron a una conclusión honesta: no quería seguir corriendo solo para intentar clasificar, año tras año, a los USAs. Era el momento correcto.
Y vaya carrera la suya. Dejó la universidad para seguir a Jerry Schumacher y, antes de los 25, ya era finalista mundial. En 2012 ganó los Trials, rompió el récord estadounidense y fue sexto en los Juegos Olímpicos de Londres. Entre 2013 y 2017 se convirtió en la referencia de los obstáculos en EE.UU.: finalista mundial en 2013 y 2015, bronce en 2017, y una plata inolvidable en Río 2016, la primera medalla estadounidense en 28 años. Su 8:00.45 en París el 2015, con caída incluida, lo deja como el norteamericano más rápido de todos los tiempos y el 16° en el ranking histórico.
La segunda mitad de su carrera fue lucha pura: lesiones, ausencias y un regreso emocionante en 2022 que lo llevó nuevamente a un Mundial. Aun así, peleó hasta 2025, fiel a su esencia. Jager se retira con nueve de las diez mejores marcas de su país.

