Joma: sesenta años corriendo detrás de un sueño

Hay historias que nacen en un garaje, otras en un sótano. La de Joma empezó en una casa de Portillo de Toledo, un pueblo español de apenas dos mil habitantes, donde un joven llamado Fructuoso López decidió que sus manos podían coser futuro. Con una máquina prestada, quince hormas y un sueño más grande que su taller, comenzó a fabricar calzado deportivo. Era 1965.

Sesenta años después, aquella pequeña empresa familiar se ha convertido en una marca global presente en 140 países, con más de 3.000 empleados y un corazón que sigue latiendo desde el mismo pueblo donde nació. Porque Joma nunca se movió de Portillo: desde ahí se diseñan, producen y distribuyen más de 150.000 productos diarios, muchos de ellos pensados para lo que siempre fue su primer amor: el running.

La historia de Joma corre en paralelo a la de miles de corredores que, como su fundador, no se rinden. Desde el oro olímpico de Fermín Cacho en Barcelona 92’ hasta los modelos actuales R.1000 y RS-9000 (pasa a ver éste increíble video de lanzamiento), premiados por su ligereza y tecnología, la marca ha estado presente en los pies de quienes buscan superarse. Con más de 20 tecnologías patentadas y un foco cada vez más fuerte en la sostenibilidad, Joma combina innovación, diseño y alma artesanal: la misma con la que Fructuoso comenzó cosiendo en la casa de sus padres.

Hoy, cuando cumple seis décadas, Joma sigue corriendo una maratón distinta: la de la constancia, la de creer que desde un pueblo se puede conquistar el mundo. Su apuesta por el atletismo y el running —disciplinas que la conectan con sus orígenes— no es casualidad: representa la esencia de su fundador, un corredor de fondo que convirtió la resistencia en estilo de vida.

Cada paso, desde 1965, ha sido un recordatorio de que el éxito, como una buena carrera, no se gana en el sprint: se gana kilómetro a kilómetro. Conoce más de su historia deportiva en la página oficial en joma-sport.com