Con más de 15 mil corredores, ayer domingo se realizó la 15ª edición del Maratón de Lima, tradicional prueba peruana que desde su inicio en 2009 incluye las distancias de 10K, 21K y 42K transformándose en un imperdible del calendario sudamericano.
En mayo de 2026, Las Vegas será el escenario de los Enhanced Games, una polémica versión de los Juegos Olímpicos donde el dopaje está permitido. Bajo el lema de “una nueva categoría de excelencia humana”, esta iniciativa del empresario australiano Aron D’Souza busca reimaginar la competencia deportiva en un mundo donde el uso de sustancias para mejorar el rendimiento es legal, supervisado y público.
Financiado por figuras como Donald Trump Jr. y Peter Thiel, el evento tendrá solo seis pruebas: 100 metros planos y vallas en atletismo, dos pruebas de natación estilo libre y mariposa, y halterofilia. Cada ganador recibirá 500 mil dólares, y habrá premios especiales por romper récords mundiales.
Pese al atractivo económico, el rechazo ha sido inmediato. La Agencia Mundial Antidopaje y figuras como Sebastian Coe, presidente de World Athletics, han criticado duramente la propuesta, advirtiendo sobre sus riesgos físicos, éticos y sociales. Hasta ahora, ningún atleta de élite ha confirmado su participación, aunque algunos nadadores veteranos, como el griego Kristian Gkolomeev, ya han actuado como embajadores del evento.