Si un atleta estadounidense gana uno de los 3 maratones majors que se realizan en Norteamérica (Boston, Chicago y Nueva York), es lanzado al estrellato, su imagen aparecerá en todos los diarios locales, será invitado a cuanto programa de televisión existe y sus seguidores en redes sociales se dispararán. Pero si un norteamericano gana el Maratón de Boston, el 42K anual más antiguo del mundo (celebrará su edición 129° el próximo lunes), además de todo lo anterior, pasará a ser un ídolo. Es lo que les pasó a Meb Keflezighi el 2014 y Des Linden el 2018, los últimos atletas de los Estados Unidos en ganar el maratón de los maratones.
Meb Keflezighi, hoy de 49 años y ya retirado del alto rendimiento en una carrera donde fue medallista de plata en los 42K de los Juegos Olímpicos de Atenas 2004 y último estadounidense en ganar Nueva York el año 2009, es el último representante del país del Tío Sam en quedarse con el Maratón de Boston. Lo hizo el año 2014 luego de 31 años sin ver a un representante local llevarse su victoria y su triunfo fue muy icónico porque en dicha edición se quiso mostrar a un Boston fuerte, unido y que salía adelante luego de que el año anterior fuera víctima de un atetando terrorista. De ahí se acuñó el término #BostonStrong.
Meb ganó el maratón con un registro de 2h08:37, sacándole 11 segundos al keniata Wilson Chebet. En las siguientes ediciones, lo más cercano que un maratonista de los Estados Unidos ha estado del primer lugar fue el año 2017 cuando Galen Rupp, quien llegaba como medallista de bronce olímpico en los 42K de Rio 2016, fue segundo a 21 segundos del primer lugar. En la última edición celebrada en abril del 2024 el mejor representante local fue CJ Albertson quien llegó 7° con 2h09:53 a más de tres minutos del etíope Sisay Lemma, ganador de la carrera.
Difícil que los seguidores del Maratón de Boston puedan olvidar lo vivido en la edición 2018 de la carrera donde desde el comienzo la prueba presentó todos los ingredientes para que terminar, y llegar en buenas condiciones a la meta, fuera el único objetivo. Viento, lluvia y bajas temperaturas, sumado al trazado siempre adverso de Boston, eran el escenario ideal para querer abandonar la carrera. Eso fue lo que comenzaron de a poco a hacer las atletas de África donde no aguantaron las inclemencias climáticas, inclemencias que sí aprovecho Des Linden para ir de a poco posicionándose en los primeros lugares para tomar la punta y no soltarla, transformándose en la primera atleta de Estados Unidos en ganar Boston en 30 años con un tiempo de 2h39:54. El segundo lugar también fue para una estadounidense (Sarah Sellers con 2h44:04). Des Linden lograba sacarse así luego siete años la espinita que le dejó el segundo lugar en la misma carrera el 2011 a sólo 2 segundos del triunfo.
Luego del primer lugar de Linden lo más cercano que una atleta de Estados Unidos ha estado de ganar Boston fue el 2019 cuando Jordan Hasay fue 3° a casi 2 minutos de la ganadora.
En la última edición la mejor posicionada fue Emma Bates quien llegó 12° con 2h27:14 a más de 4 minutos del primer lugar.