George Mills dejó su huella en la historia del atletismo británico. Con un registro de 7:27.92 en los 3.000 metros indoor de Val-de-Reuil (Francia), el fondista de 25 años no solo pulverizó el récord británico de Josh Kerr, sino que además se convirtió en el primer atleta de su país en bajar de los 7:30 en pista cubierta.
Desde los 2.000 metros, la carrera se convirtió en una lucha contra el cronómetro. Solo Mills, las luces LED marcando la mínima para el Mundial y los atletas rezagados compartieron la pista. El británico mantuvo un ritmo implacable y cruzó la meta dejando atrás el récord anterior por más de dos segundos (7:30.14).
Este triunfo, y retorno a Francia, marca una redención para Mills, quien tuvo una experiencia agridulce en París 2024 tras un polémico incidente en las semifinales del 5.000m. Su tiempo lo ubica en la novena posición del ranking histórico y lo deja a solo tres segundos del récord europeo del español Mohamed Katir (7:24.68). Si bien la sombra del español aún se impone en la estadística, la progresión de Mills sugiere que su momento de gloria continental podría estar más cerca de lo que parece.