Destino Tokio

Llevo años escribiendo notas en mi celular. Simplemente frases que se relacionan con el momento que estoy viviendo, palabras de amigos que me emocionan, blogs de atletas que me inspiran, mis propios pensamientos, hasta diálogos de películas que no puedo olvidar. Mi propio baúl de los recuerdos motivacional. El inicio de esta práctica coincide con la época en que correr se trasformó para mí en algo más que correr. En ese entonces estaba lo suficientemente loca para imponerme grandes metas sin importar el esfuerzo y energía que se requeriría.

Nunca pensé que este centenar de notas cobrarían tanto sentido como ahora, camino a Tokio, recorriendo Japón. Ha sido largo el viaje, lo puedo ver con claridad mientras las leo. Es una línea de tiempo que pone en evidencia muchas horas de trabajo y sacrificio, tanta gente que me ha aportado en el aprendizaje, grandes amigos que han aparecido en el trayecto. Constantemente aprendiendo, fallando, volviendo a levantarse, evolucionando. Somos tan duros con nosotros mismos, a veces pierdes la fe y la perspectiva de todo lo ganado en el camino. La confianza disminuye por diversos motivos y olvidas de que estás hecho. Y aquí están las notas que te recuerdan que siempre debes escuchar al ganador que llevas dentro porque tu yo perdedor nunca te llevará adonde quieres ir. No hay que rendirse o conformarse con menos. Mis metas son válidas y alcanzables. ¿Y por qué no?

Encontré este mensaje guardado. Lo escribió Shephanie Bruce minutos antes de ir a la línea de salida en la maratón de Nueva York: “este es tu momento, tu tiempo. Sé que estás nerviosa, pero qué privilegio estar nerviosa. Algo importa. Estás en la línea. Tu historia no está escrita. Tu sueño todavía está ahí para tomarlo. Dudarás un par de veces en la carrera, pero ten confianza. Sé la perra mala que eres. Canaliza todo el amor, todo el apoyo, toda la terquedad que tuviste para seguir adelante. Mamá y papá están contigo. Como dijo mamá: puedes correr un paso más allá. Sube a ese podio. ¿Por qué yo no?. Vamos Steph, estoy orgullosa de ti.”

Lamentablemente Stephanie no consiguió estar en el podio ese día, pero sí tuvo las agallas para soñar en grande e ir por ello.

No soy atleta profesional como Steph, soy una simple corredora aficionada que sueña en grande. No tengo el tiempo para entrenar como quisiera, tampoco el debido descanso, mi familia es mi mayor motivación, pero también mi mayor dedicación.También está mi trabajo de profesora a tiempo completo, algo que me apasiona y absorbe gran parte de mi energía diaria. Mis 42 años no son un aporte a la ecuación, aunque reconozco que agregan mayor perspectiva a todo esto que hago al alba casi todos los días del año. Pero algo que sí nos une con Steph es la determinación del querer dar todo y más. Ser las mejores, no para ganarle a otros, aunque suene cliché, para ganarnos a nosotras mismas. Para demostrarnos que sí podemos, que sí pertenecemos a este lugar, que ese sueño que se plantó en nuestro corazón es por alguna razón, y que todo el trabajo y dedicación, junto al de otras personas que nos ayudan en este camino, están dando resultados.

 

 

Catalina langlois

@cata_langlois

Atleta Asics, madre de 5 hijos, amiga de THE LAST LAP y maratonista con PB de 2h47:26.