La profundidad del talento en el running japonés

Japón. Un país reconocido mundialmente por muchas cosas. Una rica historia cultural, gastronómica, la metrópoli más grande del mundo: Tokio. Pero, además, una cantidad de corredores absurdamente rápidos. 

Japón no es una de las naciones que primero se viene a la mente cuando la mayoría de la gente piensa en la escena mundial del atletismo. Sin embargo, en la distancia de maratón, Japón ocupa el tercer lugar detrás de Kenia y Etiopía si miramos la cantidad de atletas en los mil mejores tiempos de maratón en la historia. Japón tiene más de cien atletas que han corrido menos de 2:10 en el maratón. Si comparamos esto con lo que pasa en Estados Unidos, con una población que casi triplica a la de Japón, y una infraestructura masiva que rodea su sistema de atletismo universitario, EE.UU. tienen solo veinte atletas que han corrido menos de 2:10 (trece si excluye Boston, que no es elegible para récord).

Su gran historia

El estado de las carreras de larga distancia en Japón es desconcertante. Los japoneses tienden a carecer del físico ectomórfico y el paso rápido de los africanos orientales que dominan el deporte. Tienen una cantidad de velocistas de alto nivel, sin embargo, en relación con la destreza de larga distancia demostrada en las últimas décadas, hay una falta de profundidad en distancias más cortas.

En 1912, Japón envió solo dos atletas a competir en los Juegos Olímpicos de Estocolmo. Shizo Kanakuri fue uno de ellos, listo para competir en el maratón. Agotado por el viaje de dieciocho días a Suecia, Kanakuri sucumbió a las condiciones inesperadamente calurosas del día de la carrera. Perdió el conocimiento y no pudo completar la distancia. Avergonzado y en un intento por salvar las apariencias, Kanakuri se fue en silencio a Japón sin notificar a los oficiales de carrera. Sorprendentemente, las autoridades suecas lo consideraron desaparecido durante cincuenta años antes de descubrir que vivía en Japón y había competido en maratones olímpicos posteriores.

En Japón, Shizo Kanakuri es conocido como el “Padre del Maratón”. Después de su regreso a Japón, Kanakuri desempeñó un papel fundamental en el establecimiento de Hakone Ekiden en 1920. Esta carrera, disputada por las mejores universidades de la región de Kanto que rodea a Tokio, es una de las razones de la gran popularidad de las carreras en el país.

El Ekiden original, el término utilizado para describir estos relevos de larga distancia, se realizó en 1917, celebrando el 50 aniversario del estatus de Tokio como capital de la nación. Durante tres días, los corredores recorrieron 508 km desde la antigua capital japonesa de Kioto hasta la capital moderna, Tokio. Tres años más tarde se estableció Hakone Ekiden, con Kanakuri tratando de crear un medio para que Japón produjera corredores que pudieran ser competitivos en el escenario mundial. 

La visión de Kanakuri finalmente se hizo realidad. Japón ha estado en la cima de las carreras de larga distancia durante mucho tiempo. Dominaron la escena de la carretera en los años 50 y 60. En 1965, los hombres japoneses corrieron diez de los once tiempos de maratón más rápidos del año. Al año siguiente corrieron quince de los diecisiete primeros. Este tipo de dominio sobre las carreteras es comparable a lo que hemos visto con los keniatas en los últimos años.

 

El factor Ekiden 

Ekiden es exclusivo de Japón y su popularidad se ha mantenido constantemente alta durante muchas décadas. La broma estándar es que es el equivalente japonés del Superbowl. Es el mayor evento deportivo televisado del país. Las tasas de audiencia del Hakone Ekiden llegan al 30%. El evento cautiva a la nación durante el período de vacaciones de Año Nuevo. 

Adharanand Finn es el autor de los aclamados libros “Running with the Kenyans” y “The Way of the Runner”, este último se centra en la cultura japonesa obsesionada con correr y lo que contribuye a su éxito. Durante una entrevista se le preguntó acerca de Hakone Ekiden, y dijo: “ todo el mundo habla de él, es inevitable, está en todas partes. Tendrías que estar viviendo en una cueva para no saber lo que estaba pasando”. 

La popularidad del Ekiden se debe, en parte, a las actuaciones dramáticas de los atletas. Dejan absolutamente todo en las carreteras, y no es raro que atletas relativamente desconocidos salgan y realicen grandes marcas personales, superando a corredores mucho más experimentados en el proceso. Todo el mundo ama a un desvalido. La variación entre los segmentos del relevo también hace que la visualización sea emocionante, ya que los atletas se eligen para una etapa determinada debido a su destreza en el tipo de pendientes que se ven en esa parte del recorrido. 

Visión de túnel 

Cuando se habla acerca de qué es lo que impide que los japoneses compitan al nivel de los africanos orientales, se menciona con frecuencia que la naturaleza aislada de gran parte de su competencia es el problema. En esencia, tienen las materias primas y el sistema, pero a los japoneses no les importa tanto la competencia internacional como a los demás. Estas competencias en Japón son tan grandes, son tan populares, que se preocupan más por ellas que por ganar grandes maratones internacionales. Y eso no es necesariamente una crítica, no hay necesariamente nada de malo en eso, pero da una perspectiva de por qué los japoneses no están corriendo tan rápido como podrían hacerlo. 

Sin embargo, según menciona Brett Larner, de Japan Running News y experto de lo que en aquél país ocurre, esta es una visión obsoleta, y que las actuaciones recientes sugieren que los tiempos han cambiado. En 2018, cuatro de los seis Abbott World Marathon Majors tuvieron a los mejores hombres japoneses, que terminaron 2º en Tokio, 1º en Boston, 3º en Chicago y 4º en Berlín (detrás del récord mundial de Kipchoge). Otras victorias japonesas en carreras en el extranjero desde entonces incluyen los Juegos Asiáticos de Yakarta de 2018, el Maratón de la Costa Dorada de 2019 (etiqueta dorada) y el Medio Maratón de Houston de 2020 (etiqueta dorada).  

Dado el contexto histórico y cultural detallado, y la prominencia del Ekiden, no es de extrañar que haya tanta profundidad en el nivel más alto de Japón. Los atletas son entrenados de una manera que se enfoca en los requisitos del Ekiden. Dado que los tramos de relevo generalmente son distancias cercanas a la de una media maratón, esto significa que los estudiantes apuntan a distancias más largas desde una edad relativamente más temprana que sus contrapartes internacionales, y su transición a la distancia de la maratón a menudo también se produce antes. 

Muchos kilómetros 

Este enfoque en las largas distancias desde una edad tan temprana tiene un alto costo para algunos atletas. Conocido por su alto volumen de entrenamiento con muchas millas fáciles y una alta proporción de correr sobre asfalto, las lesiones son comunes. Al respecto, Brett Larner, menciona que “el calendario de carreras está un poco más ocupado que en la mayoría de los otros lugares. Aquí no hay una verdadera temporada baja”. También habla de que la estructura es bastante vertical. Con deferencia a los mayores y un estricto sentido de la jerarquía, la comunicación puede ser algo unidireccional con más entrenadores y atletas jóvenes que tienen menos participación en lo que están haciendo de lo que podría verse en Occidente. 

A pesar de este estereotipo de kilometraje masivo, existe un subconjunto de entrenadores más jóvenes que se están alejando de este modelo tradicional. Yuta Shitara, quien ocupó el segundo lugar en el maratón de Tokio de 2018 y estableció un nuevo récord nacional de 2:06:11, apareció posteriormente en televisión con su entrenador, quien dijo que el enfoque de alto kilometraje está pasado de moda. Shitara dice que nunca corre más de 35 km, hace mucho trabajo de calidad y siempre hace una carrera de 25-30 km tres días antes de un maratón, otra táctica de entrenamiento que rompe moldes.