La enfermera que fue segunda en el Maratón de Boston 2018 y anotó un sub 2h30 en Grandmas Marathon 2022

El frío, la lluvia y el viento que azotó a la ciudad de Boston mientras se realizaba el pasado lunes 16 de abril de 2018 su maratón anual, fue un ingrediente extra para la inusual carrera que celebró su 122° edición. Por primera vez en más de 30 años los ganadores de la carrera no fueron de origen africano y por primera vez en 33 años una atleta estadounidense se subía a lo más alto del pódium, al triunfar la olímpica Desiree Linden tras 2h39:54. En hombres ganó el japonés Yuki Kawauchi con 2h15:58.

Tan mediática como la llegada de Linden en la carrera femenina, fue el arribo de la segunda corredora. La también local Sarah Sellers, de 26 años, logró la medalla de plata tras 2h44:04 en sus segundos 42K. A diferencia de Linden, que ha ido a los Juegos Olímpicos de Londres 2012 y Rio 2016 en la prueba del maratón y está dedicada profesionalmente al atletismo de fondo, Sellers ocupa la mayoría de su tiempo como enfermera anestesista.

En el colegio Sarah Sellers fue atleta de fondo. Siguiendo con su gusto por el deporte de resistencia, posteriormente ingresó a estudiar medicina en la Universidad Estatal de Weber en Ogden, Utah, siendo elegida la mejor deportista de la universidad en 2012, período en que ya completaba los 10 mil metros planos en 32:51.

Durante 2017, el hermano de Sarah, Ryan Callister, le había comentado que tenía la marca para postular en el Maratón de Boston del año siguiente gracias a su registro de 2h47:30 que había realizado en el último Maratón de Saint George´s (Estados Unidos). Sarah quiso inscribirse y desafiarlo para ver quién era el primero en llegar. El problema que tenía esta última es que necesitaba una prueba de 42K para correr y hacer menos de 3h35, marca que le exigía la organización de Boston por su rango etario, para poder postular al Major. Sellers se inscribió en el Maratón de Huntsville 2017 (Alabama, Estados Unidos), carrera que ganó tras 2h44:27 a más de 15 minutos de la atleta que llegaría en segundo lugar.

La marca le permitió entrar al Maratón de Boston 2018 con más de 50 minutos por debajo del tiempo que le exigía la carrera para su rango de edad (bajo 3h35), previo pago de la respectiva inscripción de 185 dólares. La organización, al ver su marca de presentación, la invitó a comenzar con las mujeres de elites, por lo que podría llevar su apellido en su número y largar en el grupo de profesionales 30 minutos antes que el resto.

El día de la carrera las condiciones climáticas fueron adversas, existiendo lluvia, viento y bajas temperaturas desde el primer metro de la competencia. Posterior a la carrera, Sellers graficó el escenario como estar “dentro de una lavadora”. A medida que transcurría el evento, las grandes favoritas, principalmente las atletas de África, se iban retirando de la competencia o pelando puestos secundarios, lo que sirvió para que atletas locales de a poco fueran colándose en puestos de avanzada.

Con un cortaviento de su auspiciador Brooks que nunca dejó de lado, el número colgando de un solo alfiler y tras 2h39:54, la norteamericana Desiree Linden terminó ganando el Maratón de Boston, siendo considerada toda una “rockstar” en Estados Unidos y en el mundo del running, acaparando portadas de periódicos, invitada a programas de televisión y siendo invitada de honor al duelo de la NBA que harían los locales Boston Celtics esa semana. A 5 minutos de Linden llegó la también local Sarah Sellers, completando así su segundo maratón. 

Sellers manifestó en conferencia de prensa que su anhelo era “llegar entre las 15 mejores”.  Al cruzar la meta nunca sospechó que era la segunda entre las mujeres, por lo que una vez terminada la carrera le preguntó al staff de la prueba qué lugar había conseguido, recibiendo con sorpresa la noticia de que fue la segunda mujer en la general tras 2h44:04, mejorando su mejor registro en la distancia. Horas después se enteró que también le ganó a su hermano en el desafío antes impuesto, ya que él hizo los 42K en 2h48:20.

Sellers tuvo que retirar su ropa de la guardarropía elite y cumplir el estricto protocolo de las deportistas que logran subirse al pódium en un major (en tercer lugar llegó la canadiense Krista DuChene con 2h44:20), el que implica controles de dopaje, conferencia de prensa y la respectiva premiación y el premio en dinero, el que de fue de 75 mil dólares por su segundo lugar. En la conferencia de prensa, a diferencia de sus otras compañeras de pódium que vestían ropa de sus auspiciadores, Sellers la hizo con la camiseta oficial de la carrera que recibían todos los inscritos en la Expo los días previos. “Siento que todavía me queda mucho por demostrar” dijo la maratonista después de la gran hazaña lograda, consiguiendo a las semanas el respaldo de la marca deportiva  Altra.

La marca conseguida en Boston la siguió mejorando. El mismo año corrió en New York, su tercer maratón, terminando en 2h36:37 con un 18° puesto entre las mujeres.

Al año siguiente volvió al Maratón de Boston. A pesar de haber humedad y una lluvia amenazante durante el comienzo de la prueba, no se comparaba a lo vivido el año anterior. En la prueba Major, la que sería la cuarta experiencia de Sellers en un 42K, terminó en 2h36:42 y un 19° puesto en la rama femenina. En el Maratón de Chicago del mismo año, carrera donde se logró el actual récord del mundo en un 42K femenino gracias a los 2h14:04 conseguidos por la keniata Brigid Kosgei, Sellers terminó en la 12° ubicación entre las mujeres y un registro de 2h31:49, su mejor marca en la distancia para ese entonces. 

Sellers comentó que para conseguir la marca en Chicago se las tuvo que ingeniar para balancear su vida dedicada a la medicina y su faceta como deportista de elite, debiendo levantarse antes de las 4 de la mañana para hacer el primer entrenamiento del día y luego, después de su jornada laboral, realizar la segunda tanda. 

Dejando por un tiempo su trabajo en la medicina, Sarah Sellers, con 28 años, se presentó en febrero del 2020 en Atlanta en los Trials de Maratón de Estados Unidos, competencia en la se que buscaba a sus 6 representantes (3 hombres y 3 mujeres) para los 42K olímpicos de Tokio. En la ciudad que albergó la cita multideporte en 1996, Sellers logró el puesto 11° entre las 390 atletas que largaron. Su tiempo fue de 2h31:48, mejorando por 1 segundo lo hecho el año anterior en Chicago. “Hay que ser feliz y orgullosa con el progreso que estoy teniendo”, dijo la deportista que se puso como meta lograr romper la barrera de las 2h30 en el Maratón.

En marzo el Covid-19 fue declarado como Pandemia por parte de la Organización Mundial de la Salud. Las grandes maratones del mundo se fueron al congelador y los deportistas de todos los rincones tuvieron que resguardarse en sus hogares para ayudar a cortar la transmisión de este nuevo virus. Para Sellers fue distinto. Como médico anestesista desde el comienzo estuvo en la primera línea apoyando a sus compañeros del Banner University Medical Center Tucson en la lucha contra la pandemia. En marzo del 2020, en su Instagram, subió una publicación en que decía estar “agradecida por mis compañeros de trabajo, la comunidad de corredores y cada persona que ha cambiado sus hábitos diarios para cuidar a otros. Con mis compañeros estamos preparados para trabajar en cualquier capacidad necesaria, como se que lo están haciendo diferentes departamentos en todo el país”.

A comienzos del 2021 la vida de Sarah Sellers dio un importante giro pues se transformó en madre de la pequeña Emery. Casi 6 meses después del nacimiento de su primera hija, publicó en Instagram que “sigo luchando para correr sin dolor. Me doy cuenta que se necesitará mucho más que empujar repetidamente a través de carreras lentas y dolorosas para volver a correr fuerte”.

En junio del 2022, más de 2 años después de su último maratón y con 30 años, Sarah Sellers volvió a estar en la largada de un 42K al competir en la 46° edición del Grandmas Marathon de Duluth en Minesotta, Estados Unidos. La carrera sería su 7ma maratón y la primera como mamá. Aunque no ganó en la carrera (triunfó la local Dakotah Lindwurm con 2h25:01), Sellers se quedó con el segundo lugar, consiguiendo su mejor registro en la distancia y cumpliendo su sueño de bajar la barrera de las 2h30. ¿Su tiempo? 2h25:43, la 15° mejor marca femenina de Estados Unidos de todos los tiempos.

Días después de su tercer pódium en el Maratón, Sellers publicó en su Instagram que “mi objetivo era correr por debajo de las 2h28 y estar en el pódium si el clima lo permitía. Estaba mentalmente preparada para un día cálido y húmedo, pero el día fue perfecto. Cruzar la meta más de 6 minutos más bajo que mi PR fue genial, pero no fue tan bueno como el viaje que tuve que hacer para llegar allí”. 

Matías Córdova

@matiasyukich
Periodista y corredor aficionado desde el 2009. Adora correr, pero sobre todo es un apasionado de las estadísticas e historias presentes en el mundo del running. Es un investigador nato. Lo definimos como “el que más sabe”.