Shokz OpenRun Pro 2: cuando correr con los oídos abiertos cambia todo

En el mundo del running moderno, donde la línea entre seguridad y disfrute suele ser fina, los Shokz OpenRun Pro 2 aparecen como ese invento que nadie sabía que necesitaba… hasta que lo pruebas. Porque sí: vivimos rodeados de autos que doblan sin señalizar, ciclistas que vuelan a 40 km/h y micros que frenan como si tu vida fuera opcional. En ese ecosistema, taparse los oídos con audífonos tradicionales puede convertirse en un acto de fe. Y, seamos honestos, los runners solemos ser bravos, pero no suicidas.

Lo esencial:

Valor: $139.990 (una oportunidad única por pocos días)
Disponible en: blustore.cl

Ahí es donde los Audífonos Shokz brillan. No te tapan los oídos, no te aíslan del mundo y, aun así, te dejan escuchar tu música o podcast favorito. Ese es su mantra: oídos abiertos, corazón lleno. ¿El truco? La conducción ósea, una tecnología que parece sacada de un manual de ingeniería medieval, pero que funciona sorprendentemente bien: en vez de enviar el sonido por el conducto auditivo, las vibraciones viajan por los huesos del cráneo directo al oído interno. Magia pura. O ciencia, si eres más serio.

El primer gran punto a favor es la comodidad. El diseño open-ear es estable, ligero, cero invasivo. Te los pones sobre la oreja, apoyas los transductores en los pómulos y listo: no aprietan, no se mueven, no molestan. Si vienes de años peleando con gomitas que se caen, audífonos que rebotan o modelos in-ear que te dejan el canal auditivo entumecido, esto es casi una liberación espiritual.

Para el entrenamiento diario, funcionan excelente. Corriendo, en bici urbana, caminando al cerro, estos Shokz se quedan firmes como si fueran parte del cuerpo. Eso sí: si usas lentes, casco o mascarilla, puede que necesites un minuto para encontrar el ajuste perfecto.

Hablemos de calidad de sonido. Porque nadie corre escuchando ópera, pero tampoco queremos que nuestro playlist suene a radio AM. Los OpenRun PRO 2 sorprenden: las voces se oyen nítidas, los medios son limpios y los podcasts brillan. Para audiolibros son una maravilla.

Pero hay límites. Los graves no son su fuerte—por diseño, no por error—y en calles ruidosas el sonido ambiental puede tragarse partes de la música. Si corres por avenidas grandes o al lado de obras, tendrás que subir el volumen al máximo. No esperes que se escuche como unos over-ear premium: esto es conducción ósea, no hi-fi tradicional.

Aquí sí que ganan puntos. Si los dejaste morir en el velador después de una semana sin entrenar (nos ha pasado), bastan 15 minutos de carga para tener 60 minutos de uso. Perfecto para ese amigo que te escribe: “Paso a buscarte en 20”. Con 90 minutos, la carga queda completa y lista para las 8 horas de autonomía que promete la marca. Para un maratón o un día largo, puede quedar justo, pero para entrenar están perfectos.